Gracias Salamanca, por permitirme “ pintarte y soñar con los ojos abiertos”
Yo sueño. Y creo. Y amo. Yo, en mi paseo por Salamanca, con las manos dadas a mis lienzos, amo.
Amo a esta ciudad, que me acoge, y me ofrece cobijo entre sus monumentos de piedra color atardecer. Intento tener ojos capaces de ver y sentir Salamanca en su plenitud. La timidez de esta ciudad hace que la noche impida que enseñe sus encantos a primera vista, e intento conquistar su confianza poco a poco. Así lentamente Salamanca se fue dejando ver. Paso a paso me fue enseñando sus detalles, sus encantos, sus rincones ocultos a los ojos de los que no aman.
Hoy, con total confianza, completamente desnuda ante mis ojos de pintor, enseño mi amada ciudad, mi hogar. Su belleza y fascinación me hacen soñar. Lo hago con los ojos abiertos.
"Sueño con mi Salamanca" .
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